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ā€œMalintzin 17 es la traducciĆ³n del lenguaje de los muertos al lenguaje de los vivosā€: Mara Polgovsky

En entrevista exclusiva con Spoiler, Mara Polgovsky, codirectora de Malintzin 17, habla sobre el estreno de la pelĆ­cula en el FICUNAM tras su exhibiciĆ³n en IFFR.

16/03/2022 - 03:46hs UTC

Malintzin 17, pelĆ­cula que llega a MĆ©xico gracias al FICUNAM. (Foto: Malintzin 17)


Fue en 2017 cuando se dio a conocer la noticia del fallecimiento del cineasta Eugenio Polgovsky. Cinco aƱos despuĆ©s de su partida fĆ­sica, mientras el planeta se asoma a la vida pospandemia, su legado cinematogrĆ”fico sorprendiĆ³ con una nueva pelĆ­cula de su autorĆ­a en el Festival Internacional de Cine de Rotterdam (IFFR).

Se trata de Malintzin 17, un trabajo pĆ³stumo que causĆ³ grata impresiĆ³n en el IFFR a principios de este 2022. Pero Eugenio no lo hizo solo. Desde donde estĆ”, manifestĆ”ndose de manera espiritual, el director acompaĆ±Ć³ a su hermana Mara para culminar una pieza poĆ©tica, emotiva y necesaria para los tiempos que vivimos. Y es que luego de despedir a su hermano del mundo terrenal, Mara recopilĆ³ un sinfĆ­n de material que Eugenio dejĆ³ a manera de herencia fĆ­lmica. Ella, decidida en unir esos fragmentos, se dio a la tarea de darle forma a esa especie de rompecabezas que de fondo protegĆ­a una historia sobre la belleza que podemos encontrar en la cotidianidad y el encierro.

AdelantĆ”ndose a la Ć©poca del confinamiento que nos tocĆ³ padecer por culpa del coronavirus, como si hubiera intuido lo que Ć­bamos a afrontar, Eugenio resguardĆ³ esa historia fragmentada para su familia, especialmente para su hermana Mara, a quien eligiĆ³ como cĆ³mplice de esta experiencia que ha unido a los muertos con los vivos para crear Malintzin 17.

Contenta de que la pelĆ­cula llegue a su paĆ­s de origen que es MĆ©xico gracias a FICUNAM, Mara Polgovsky accediĆ³ a conversar con Spoiler sobre lo que siente y significa haber colaborado como codirectora con Eugenio en una situaciĆ³n que considera mĆ”gica.

Entrevista con Mara Polgovsky sobre Malintzin 17

Al principio de la pandemia hubo un fenĆ³meno bonito en Ciudad de MĆ©xico. Al no haber ruido en la calle pudimos escuchar con claridad el trino de las aves. Aprendimos a oĆ­r. El gusto nos durĆ³ poco porque volvimos a estresarnos con sonidos urbanos o cotidianos que no fueron del todo agradables durante el encierro para mucha gente. Pero Eugenio (Polgovsky) tuvo talento y sensibilidad para rescatar esos sonidos en Malintzin 17 como elementos de una narrativa dentro de una historia conmovedora y sin juicios.

Lo mĆ”s importante es que no hay juicios. Si llegĆ”ramos con juicios no podrĆ­amos ver, no podrĆ­amos escuchar. El juicio es ya tener una conclusiĆ³n. La pista auditiva de la pelĆ­cula es un caleidoscopio de una infinidad de sonidos muy sutiles que parecen estar lejos. Al hacer el diseƱo sonoro, nuestra guĆ­a fue el sonido mismo grabado con un solo micrĆ³fono en una cĆ”mara Canon. La columna vertebral era el sonido directo.

Esto que mencionas es mi propia experiencia. Ahora que estamos regresando a la normalidad, Ā”quĆ© pronto estamos olvidando esta idea de lo que es escuchar y percibir! Esos primeros dĆ­as de pandemia fueron de despertar, una oportunidad que nos daba la vida para cambiar nuestras dinĆ”micas. EmpecĆ© a tener conexiones inesperadas con animales urbanos que hemos dejado olvidados, como los pĆ”jaros o las palomas.

Si pensamos en todos los temas que han atravesado el cine de Eugenio, como son la infancia y la pobreza, nos damos cuenta que siempre se interesĆ³ por los seres mĆ”s vulnerables de la sociedad. Y para mi gusto, Malintzin 17 sintetiza todos estos temas. Sintetiza la cuestiĆ³n de la divisiĆ³n entre el ser humano y la naturaleza. Lo que mĆ”s sorprendĆ­a a Eugenio con su cĆ”mara era la vulnerabilidad de este ser (una paloma) y las extremas condiciones donde no hay casi nada, pero al mismo tiempo vas viendo un ritmo de gente que va tejiendo una vida urbana que tiene su propia coreografĆ­a.

SentĆ­ que Eugenio me tomĆ³ de la mano para transitar de su pelĆ­cula a la realidad. En esta ciudad que estĆ” llena de cables sobre cables y con mĆ”s cables encima, despuĆ©s de ver Malintzin 17, me he dado a la tarea de observar hacia el cableado. AquĆ­ se manifiesta el sentido de la visiĆ³n. Eugenio encontrĆ³ belleza y un acto de amor a partir de un espacio que puede ser estresante para nosotros.

Me gusta que digas que te lleva de la mano porque es una pelĆ­cula muy corporal debido a cĆ³mo estĆ” filmada, por cĆ³mo la cĆ”mara es una extensiĆ³n del cuerpo de Eugenio y uno se siente cerca. Luego de verla sientes que estuviste dentro de ese departamento con Eugenio y con Milena, no hay ninguna distancia que juzgue. Es una cĆ”mara inmersa que estĆ” contigo e incluso quisieras hasta opinar sobre lo que hablan o ven.

Eso permite que se vuelva un juego sobre quiĆ©n es el director. De repente Milena le dice a Eugenio lo que tiene que hacer, ella cuenta lo que le quiere decir al pĆŗblico de alguna manera. Y Eugenio, en cambio, se clava mĆ”s en las cosas abstractas como la poesĆ­a de la ciudad. Es bonito este juego porque ambos tienen una visiĆ³n diferente.

En esta relaciĆ³n de Eugenio y Milena, donde se nos invita a participar de alguna u otra forma, agrada lo receptiva que es ella y la importancia de permitirle ser receptiva a partir de sus inquietudes sobre la paloma, o sobre quĆ© es mejor entre la cerveza y el vino.

SĆ­, es muy hermoso. Estaba pensando que lo que un poco intenta hacer Eugenio como director y cinematĆ³grafo es mirar al mundo con los ojos de Milena. No sabemos quĆ© es mejor entre una chela o un vino, no hay tantas certezas, y por eso estamos buscando respuestas. ĀæEstĆ” bien o mal que estĆ© esa paloma en los cables? ĀæEstĆ” bien o mal que las mujeres caminen por la calle con sus hijos amarrados por correas? Ojo, esto lo digo porque aparece una mujer que lleva a su hijo asĆ­. Las pelĆ­culas de Eugenio no juzgan, solamente observan y dejan que el espectador forme su juicio. Su propuesta es estĆ©tica y sensible desde las emociones, donde el espectador decide su criterio.

Con Malintzin 17 se sitĆŗa como un niƱo curioso por saber quĆ© va a pasar con la paloma. Es una historia tan sencilla que nos cautiva por su propia sencillez. No pretende ser otra cosa. La propuesta estĆ” en valorar lo sencillo, lo minĆŗsculo. Encontramos un montĆ³n de bellezas para contar una historia.

Para mƭ fue como irla tejiendo con sus propios principios. Conocƭa su cine, conocƭa sus valores como cineasta, y en todo momento intentƩ ser franca a sus valores.

La extensiĆ³n poĆ©tica de su trabajo la haces tĆŗ. ĀæCĆ³mo fue para ti recibir este material y empezar a trabajar en Ć©l? Porque el montaje es un acto de amor tambiĆ©n.

Para este tipo de pelĆ­cula una no trabaja con guiĆ³n ni con storyboards. Eugenio solamente tenĆ­a muchos materiales filmados en un orden que no es el mismo que ves en la pelĆ­cula. Fueron tres aƱos de trabajar, de conocer este material y crear una intimidad con la que pudiera ir creando una historia donde cada personaje sea retratado con dignidad y belleza.

Para mĆ­ tambiĆ©n era parte importante ese final que se relaciona con la pregunta original de Milena por saber si el pĆ”jaro era un robot. Como que se convierte en realidad. Estamos sustituyendo a los pĆ”jaros por robots. Es algo que sĆ­ estĆ” ocurriendo en el planeta. La paloma que se ve en la pelĆ­cula, por ejemplo, es una especie que estĆ” en peligro de extinciĆ³n en Inglaterra.

El montaje lo fue todo. TenĆ­a materiales bellos que Ćŗnicamente pedĆ­an darles forma. Recurro a una analogĆ­a: asĆ­ como los escultores griegos usaban el mĆ”rmol y decĆ­an que el mĆ”rmol mismo les iba a ir develando la figura de la escultura a crear, yo sentĆ­ que el material que dejĆ³ Eugenio era un mĆ”rmol rico al que le fui dando forma.

Una pregunta que me persiguiĆ³ era la de responder de quiĆ©n era la pelĆ­cula, Āæde Eugenio o mĆ­a? Evidentemente es una pelĆ­cula de Eugenio, pero la terminĆ© yo. Mi conclusiĆ³n es que se trata de un trabajo colaborativo donde cada imagen fue trabajada a partir de las dos presencias. La suya, espiritual, y la mĆ­a haciendo la ediciĆ³n. Pedro GonzĆ”lez Rubio tambiĆ©n fue mi coeditor.

Trabajamos mucho viendo las pelĆ­culas anteriores de Eugenio. Editamos la Ćŗltima secuencia inspirados en una secuencia de TrĆ³pico de cĆ”ncer. Yo quise estar todo el tiempo abierta para ver si habĆ­a seƱales sobre lo que tenĆ­a que hacer. De pronto tuve sueƱos donde Eugenio me decĆ­a ā€œhaz esto con el colorā€. Hubo momentos mĆ”gicos. Por ejemplo, un momento donde puse con Pedro una voz en off que decĆ­a: ā€œuna estrella de mar es una estrella pero que estĆ” en el marā€. Eso lo decĆ­a Milena. Luego quitamos esa voz y escuchamos que Eugenio dijo en el material original la palabra ā€œestrellaā€. Hubo instantes de convergencia entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos.

Me sentĆ­ acompaƱada por Eugenio. Claro, tuve instantes de dudas. Pero Eugenio dejĆ³ material en bruto para que lo fuĆ©ramos forjando. Y yo me acompaƱƩ con gente que habĆ­a trabajado con Ć©l y que tenĆ­a una visiĆ³n comĆŗn sobre quĆ© es el cine, quĆ© hacer con este arte. Pedro es como un Ć”ngel. Me impulsĆ³ a seguir en lugar de venir a decirme lo que debĆ­a yo hacer.

DescubrĆ­ que puedo hacer una pelĆ­cula. Esa era una duda que tenĆ­a. Puedo hacer la prĆ³xima pelĆ­cula de Eugenio y puedo hacer mis propias pelĆ­culas. ĀæY sabes quĆ©? TambiĆ©n descubrĆ­ que podemos trabajar juntos a pesar de que Ć©l no estĆ© presente.

Otro personaje de la pelĆ­cula es el lugar que alude al tĆ­tulo, Malintzin 17. Es el terruƱo y el departamento juega un papel fundamental. Pero, Āæpor quĆ© titularla asĆ­?

Es CoyoacĆ”n, la calle misma del mercado. Hay tres o cuatro razones por las que se llama asĆ­ la pelĆ­cula. Hay una cuestiĆ³n del lugar, sin duda. Algo que tiene el tĆ­tulo es que es sencillo en el sentido de que es la direcciĆ³n donde suceden las cosas, es fiel a la estĆ©tica minimalista de la pelĆ­cula.

TambiƩn tiene una simbologƭa fuerte. Malintzin es la traductora, la Malinche. Ella es la traductora entre el mundo espaƱol y el mundo indƭgena. En este caso fui la traductora del lenguaje de Eugenio (el lenguaje de los muertos) al lenguaje de los vivos. Fui una intermediaria que estaba entre dos mundos todo el tiempo, entre el cine de Eugenio antes de su muerte y despuƩs de su muerte.

De igual forma tiene que ver con la nociĆ³n del lugar, CoyoacĆ”n. Nosotros somos coyoacanenses. Siempre he dicho que si tuviera que elegir mi pasaporte, elegirĆ­a un pasaporte de coyoacanense. Conozco todas las calles. Con Eugenio, CoyoacĆ”n fue parte de nuestra vida. Nosotros caminĆ”bamos por CoyoacĆ”n, todas las tardes caminĆ”bamos. Bueno, en ese departamento vivĆ­a Eugenio, ahĆ­ naciĆ³ Milena.

La otra razĆ³n por la que elegĆ­ este tĆ­tulo es en homenaje a Chantal Akerman, cineasta belga que hizo la pelĆ­cula Jeanne Dilman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles. La mayorĆ­a de la pelĆ­cula consiste en ver a una mujer que durante tres horas lava los platos, hace la cama y vive su vida cotidiana. Justo esta observaciĆ³n de la cotidianidad de la mujer termina siendo un manifiesto poderoso sobre el feminismo. Exacerbar esta idea de la repeticiĆ³n de hacer la cama, barrer, lavar los platos, regar las plantasā€¦ Cuando el espectador logra vivir esto durante tres horas, que eso dura la pelĆ­cula, es cuando te das cuenta que la mujer se harta y la lleva a tomar una fuerte decisiĆ³n. Malintzin 17 tiene una lĆ³gica parecida en el sentido de que es una observaciĆ³n de lo cotidiano.

TerminĆ³ siendo un tĆ­tulo que estĆ” en nĆ”huatl, con una palabra rara que no es muy comercial. El mismo tĆ­tulo nos invita a observar. Muchas veces lo hemos visto escrito con faltas de ortografĆ­a y cada vez que lo leemos nos invita a preguntarnos cĆ³mo se escribe.

Para leer el artĆ­culo original publicado en https://spoiler.bolavip.com/ haga click aquĆ­.

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